martes, 31 de julio de 2012

Límite milimetrado


"Cuando comencé a pensar sobre ello, me di cuenta de que tu siempre has estado a mi lado. Lo hacíamos todo juntos, eramos amigos de la infancia. 
Felicidad y tristeza, todas nuestras emociones parecían estar conectadas, como si compartiéramos un solo corazón.

Pero Dios es un ser cruel y caprichoso, y decidió partir en dos la distancia entre nosotros, con un nuevo personaje.

Todo el mundo ha decidido protegerla, que patéticamente adorable es. Mírala, en la curva de la carretera, es Cenicienta.

Finalmente los dos amantes se han encontrado, cayendo en el otro casi al instante, dejándome completamente sola, una desolada Julieta.
¿Acaso no recuerdas la promesa que hicimos durante una de nuestras tantas aventuras en nuestra niñez?
Inútil para ti.
Inútil para mi.
El telón de esta historia no puede echarse aún.

“¡Estoy tan feliz de que estéis juntos! Se os ve muy felices, ¡enhorabuena!”, mentí con una forzada y conseguida sonrisa. Cada palabra se clavaba en mi pecho como un aguijón, aquellas mentiras destrozaban mi cuerpo como si fueran puñetazos.
Sosteniendo a esa chica junto a su pecho, como si fuera un cachorro abandonado al que hubiese salvado, cuidándola. Ya no había más sitio para mí en su vida.

Pensando que ella sería amada si simplemente sonreía,  coqueteaba incesantemente con él. Pretende ser inocente, ¡qué chica tan horrible!
Pero yo, que ni siquiera puedo expresar mis propios sentimientos, y mi corazón está enloqueciendo de celos, soy incluso peor.

Es triste, es deplorable, lo he perdido.
Este sentimiento se convierte en un agudo dolor que deja un profundo corte en mi interior.
Oh tiempo, regresa atrás y no vuelvas, como en aquellos días…

Aquellos amantes han hecho un juramento, prometiéndose amor eterno frente al mundo.
No puedo reconocerlo, no puedo entenderlo.
Esa chica, definitivamente, es tu Julieta.
A pesar de que yo te he amado durante más tiempo que ella.

No soy yo la que se refleja en tus anhelados ojos
“Me alegro tanto de haber sido tu amigo durante todos estos años”, me dices sonriendo.
Pero no son esas las palabras que quiero oír de ti

Todo esto que siento por ti y que no puedo decirte desaparece entre el reflejo de lo que seríamos y las ilusiones.


Adiós, mi Romeo"

No hay comentarios:

Publicar un comentario